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La contabilidad es un aspecto fundamental para el correcto funcionamiento de toda empresa. Todo aquel que no se ciña solo al propósito de ganar dinero debe asumir la contabilidad en su empresa, parte también de la libertad financiera que se persigue con ella. Las finanzas fáciles son como la economía doméstica: simples y prácticas formas de llevar una contabilidad particular y familiar.
Los dos tipos de contabilidad
La contabilidad financiera es aquel tipo de contabilidad que facilita la información suficiente como para conocer el estado de las cuentas del negocio con el fin de poder gestionarlo adecuadamente (ampliaciones, expansión, conveniencia de pedir créditos o endeudarse, etc.).
En cambio, la contabilidad administrativa es aquel tipo de contabilidad cuya función primordial es recoger los gastos generados en la compra, la producción o distribución. Es un tipo de contabilidad interna del negocio y existe en todos los modelos de negocio por pequeños que sean. Es el tipo de contabilidad más universal.
La importancia de apoyarse en un buen software
El ejercicio de la contabilidad es un gasto necesario que el empresario desea sufragar y muchas veces la hace él mismo sin caer en la cuenta de su complejidad. Pero conseguir la libertad financiera que se desea con el negocio también entraña librarse del incordio de hacer la contabilidad, y eso no significa hacerla uno mismo. Para ello existen softwares en el mercado que cumplen muy bien con su misión y sirven tanto para resolver una economía doméstica, particular o familiar, como para empresas de tamaño mediano y grande.
Los profesionales tienen la última palabra
Aun viviendo en la sociedad tecnocrática de hoy, detrás de las máquinas siempre están las personas. Y en contabilidad, los profesionales. Y aunque en negocios pequeños no se pueda permitir el contratar profesionales cualificados para acometerla, externalizar este servicio puede ser la solución óptima. Un profesional de confianza siempre tendrá la última palabra.
