Una máxima que comparto en mis cursos de psicología en bolsa e inversiones es: “Allí donde va la atención, va la energía”. La energía negativa que permanece en la mente termina destruyendo tu concentración, tu enfoque y tu capacidad de raciocinio.
Te pongo un ejemplo: Imagina que estás, una tarde-noche de primavera, con los amigos en tu casa, preparando una rica barbacoa. Como disfrutas mucho en compañía de las personas que quieres, te has esmerado para que no falte nada: buenas carnes, ensaladas variadas, vinos de la zona exquisitos, cerveza en abundancia de varias marcas de calidad y diversos aperitivos.
Tú, ¡cómo no!, que eres el anfitrión, estás con el delantal y las pinzas delante de la barbacoa encendida, vigilando que el carbón tome este punto de incandescencia a partir del cual podrás poner los pinchitos de carne y los lomitos de cerdo apenas con un salpicón de sal gruesa. Luego, pondrás también, con el fuego más matizado, unas sabrosas brochetas de verdura. ¡Riquísimo todo!
Pero de golpe y sin previo aviso, un trozo de carbón mal quemado estalla y te salta a las manos, hiriéndote con gran dolor. Tu sistema mental núm. 1, como diría el Premio Nobel de Economía (Psicólogo, por cierto) Daniel Kahheman, en su famoso libro
“Pensar rápido, pensar despacio”, seguramente habrá evitado más daño, como si supiera prever el suceso. De un modo intuitivo, casi simultáneamente, se ha producido la chispa ardiente y el dar tu un salto atrás, para protegerte. Y te sientes contento de haber sido tan rápido.
Tu sistema mental núm. 2, estará como aturdido, preguntándose qué demonios ha podido pasar, y quizá empiece a darle vueltas en la cabeza reprochándote cómo no estuviste más listo, más ligero. Estará indagando sobre la calidad del carbón y si es que cayó algo de agua sobre el mismo, que hizo la combustión no homogénea.
Cuando inviertes en Bolsa, especialmente si es muy a corto plazo, como el trading, necesitas el Sistema núm. 1, rápido, intuitivo, que toma acción en segundos porque la decisión está acordada previamente en tu plan inversor.
Si cuando inviertes en Bolsa el sentimiento de culpa, de rabia permanece el ti, porque el mercado no se está comportando como quieres, es como si mantuvieras en tus manos carbones encendidos. Pronto las emociones se adueñarán de ti y entrarás en re-acción. Entonces, estas perdido, al vaivén de tus emociones.
“La emoción puede ser el enemigo, si tu entras en tu emoción, te has perdido a ti mismo” Bruce Lee.
Rosa Estañ
Coach Financiero, Experta en Psicología de las Inversiones