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Las decisiones de tipo económico e inversiones no son fáciles. Intervienen múltiples factores, unos de carácter objetivo que puedes analizar, otros surgen de la incertidumbre del mercado. Interfieren las limitaciones de conocimientos, tiempo, dinero, edad y circunstancias personales.
Sin embargo, es la naturaleza humana el problema principal. Las emociones y las influencias de los automatismos mentales, tan poco conocidos ni medidos, llevan a conclusiones erróneas a menudo. Y los errores económicos se sufren, tanto en la economía personal o familiar, como a nivel emocional de la persona. El sentimiento de fracaso es difícil de superar.
Por ejemplo, muchos de nosotros somos víctimas de una aversión innata a las pérdidas. A fin de no sentir el dolor de la derrota, tomamos decisiones racionales que tienen muy poco de cálculo bien pensado y calibrado.
Nos inclinamos naturalmente a seguir las decisiones que toma la mayoría, el “rebaño”, aunque no sabemos a dónde nos lleva. Así, compramos cuando todo el mundo está comprando y la bolsa subiendo, sin preguntarnos si todavía hay recorrido para subir y si la acción o el índice que estamos comprando está sobrevalorado. Por el contrario, si surgen noticias adversas, o las recomendaciones de los “expertos” nos despiertan inquietud y desconfianza, allí vamos, como la mayoría de la gente, vendiendo cuando la bolsa está bajando y desprendiéndonos de acciones que pudieran ser buenas en rentabilidad.
También tendemos a sobrestimar nuestra capacidad de confiar en la intuición, dejándonos llevar por el sentimiento de satisfacción por pasadas ganancias, que pensamos pueden repetirse como en el pasado. Y así sucesivamente.
CONOCERSE MEJOR PARA INVERTIR MEJOR
En la mayoría de los casos, los errores de caer en este tipo de decisiones económicas desastrosas son predecibles. Nuestro cerebro humano ha evolucionado para la supervivencia, reacciona ante el peligro desarrollando estrategias que ayudan ponerse a salvo, bien huyendo, atacando o pasando inadvertido.
Sin embargo, el cerebro no ha evolucionado para la economía; los tiempos de respuesta son mucho más lentos cuando se produce una tendencia bajista, las personas tardan en reaccionar y terminan perjudicándose más, por no asumir una pequeña perdida inicial.
Daniel Kanheman, psicólogo, premio nobel de economía en 2012, nos habla que hay dos sistemas, uno intuitivo y otro lógico. Del sistema intuitivo dice: “Tenemos impresiones, pero algunas de ellas son meras ilusiones”. Una respuesta típica del sistema intuitivo es la capacidad de reaccionar al peligro antes de reconocerlo. Del sistema lógico dice: “Permite aminorar la marcha y contener el impulso de compra o de invertir. Deja que este sistema lógico tome el control”
Las finanzas del comportamiento tienen mucho que aportar a los inversores y traders, para ayudarles al autoconocimiento y a ser más eficaces en la toma de decisiones.
Ya se han desarrollado diversos test, como el de Schroeder, Investimente, que tiene como objetivo apoyar a los asesores financieros en su tarea delicada con los clientes de buscar las mejores opciones de inversión. Se trata con este test de capturar los aspectos del proceso de toma de decisiones menos obvio, pero no menos importante y proporcionar puntos de comparación y análisis. Es un apoyo en la educación y asesoramiento financiero.
DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA
Las pruebas de los test sobre psicología del dinero, se basa en investigaciones reciente de las finanzas del comportamiento. Los datos, recogidos de forma anónima, también impulsarán el conocimiento sobre la relación entre la psicología y las finanzas.
Rosa Estañ Homs
Experta en Psicotrading – Educación Económica e Inteligencia Financiera
Ceo de Psicologiaenbolsa.com
