Yo tampoco lo doy siempre, aunque me cueste reconocerlo es así. Las personas somos una complejidad de emociones y sensaciones, que oscilarán dependiendo de factores que, posiblemente, sean los que menos controlemos.
Dedicamos gran parte de nuestro tiempo a la formación, para intentar controlar el máximo de variables, y que nos permita disminuir el riesgo en nuestra toma de decisiones. Es el camino hacia el éxito que la sociedad nos ha marcado.
Pero olvidamos lo más importante: dedicar tiempo a conocernos, a saber, cuáles son nuestros defectos y virtudes, a cómo respondemos ante las distintas situaciones que nos plantea la vida. Una decisión depende en determinados momentos más de nuestro estado de ánimo, que de nuestro nivel de conocimientos.
Operas en bolsa, te has formado y participado en seminarios, conferencias, cursos y crees que dominas todas las herramientas a la perfección y posiblemente sea así, pero…
¿Te han enseñado a operar cuando has tenido operaciones fallidas de manera consecutiva? Nadie puede hacerlo, porque sólo tú sabes como actúas.
¿Sabes decir basta? Y más importante aún, ¿Te lo crees tú mismo? En esos momentos de soledad reflexiva, en los que nos sobra todo el mundo, es cuando más debemos autocontrolarnos.
¿Sales de operar creyendo que hoy ya tienes que parar y a los cinco minutos vuelves a entrar? A todos nos cuesta asumir cualquier tipo de derrota, porque para ello creemos habernos preparado.
¿Cuantificas unos objetivos diarios y fuerzas operaciones haciendo que días totalmente positivos se inviertan? Cuesta reconocerlo, pero…. ¿Quién no lo ha hecho?
Es ahora cuando me viene a la cabeza Stephen Covey y su bestseller “Los siete hábitos de la gente efectiva” donde nos recuerda la importancia de crear el hábito de afilar el hacha.
Para desarrollar el hábito de afilar el hacha del que habla Covey como recuerdo haber leído:
- AFILA TU MENTE: Capacítate, renueva tus conocimientos, entrena tus habilidades, fortalece tus hábitos y tu actitud positiva…
- AFILA TU CUERPO: Mantente en forma, haz ejercicio, duerme, aliméntate sano, disfruta…
- AFILA TUS DEMÁS HERRAMIENTAS: Mejora continuamente tus herramientas de software, apps, recursos, networking, dispositivos, espacio de trabajo…
Establece un tiempo cada semana o cada mes para planificar actividades que ayuden a afilar el hacha, y asegúrate de hacer seguimiento de los resultados, mejoras y beneficios en tu rendimiento y bienestar.
El filo de tu hacha es tu mente. Invierte todo lo que puedas en ella. Alcanzarás los mejores resultados en todo aquello que te propongas.
Finalizaré recordando una frase de George Halas: “Nadie que haya dado lo mejor de sí mismo, lo ha lamentado”.
Antonio Martín Rubio
Responsable Comunicación Psicologiaenbolsa.com.
Experto en Marketing